08 abril 2008

EL RINCÓN DEL VIAJERO IV: LA CIUDAD IMPERIAL




Retomo el buen camino del blog haciendo alusión a la visita en Semana Santa a la Ciudad Imperial:



Un gran guía de sangre talaverana, un anfitrión manchego asturianizado y un quijotesco astur se dispusieron el Viernes Santo a invadir Toledo, a disfrutar de sus calles, sus variados edificios de incalculable valor histórico y a probar las delicias gastronómicas de la capital de Castilla La Mancha.


El tiempo acompañó, y en una jornada que dio mucho de sí, pudimos enseñar al caballero astur la ciudad que fue capital del Reino, hasta que un avispado (¿?) Felipe II se la llevó a Madrid (al menos salvó a Toledo de convertirse en lo que hoy es Madrid, pudiendo así guardar todo el encanto que hoy enseña a sus visitantes). Este paseo agotador a la par que gratificante nos sirvió a Don Carlos y al que les narra, para recordar 3 intensos años vividos en esta ciudad, mientras estudiábamos en la Universidad, ¡ay, que rápidos pasan los años!, a la vez que Edu pudo contemplar monumentos como:

Palacio del Cardenal Lorenzana, Mezquita del Cristo de La Luz, Calle Alfileritos, Plaza de Zocodover, El Alcázar, Castillo de San Servando, Catedral, Calle Pescaderías, Ayuntamiento, Sinagoga del Tránsito, Entierro del Conde de Orgaz, San Juan de los Reyes, Puente de San Martín...



Así como poder conocer (y luego probar), el acero toledano y sus damasquinados y armaduras...

Pronto volveremos a la ciudad de las Tres Culturas, ejemplo de convivencia del que muchos deberían aprender hoy...


P.D. Prometo no dejar tan abandonado el blog, pero ando muy liado, ¿quién me mandaría meterme en tantas cosas?




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