Continuando los periplos por las tierras manchegas, dos apuestos jóvenes, al mas fiel estilo quijotesco, no podían pasar de largo sin contemplar de cerca los majestuosos y famosísimos molinos de viento.
Sí, aquellos gigantes con los que luchó Don Quijote en una de sus muchas aventuras, más impresionantes vistos de cerca... que hacen comprender "la locura" de Don Alonso Quijano.
Y como no podía ser menos, desplegaron todas sus artes de la lucha medieval entre molinos y castillos de tiempos pasados en los que se luchaba por el honor o el amor de una bella dama (que , por cierto, no la encontramos por ningún lado, ¡ay madre!, ¡qué le vamos a hacer!)Este breve relato quiere servir para animar a todos aquellos que lo lean a dejarse cautivar por los encantos que La Mancha posee...
P.D. Sancho Panza no era yo, que conste, je,je,je.
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