19 noviembre 2007

DE DÓNDE VENGO IV... PUEBLOS DE CIUDAD REAL

Prometí en una entrada de hace ya un tiempo ir contando cosillas sobre los pueblos de mi tierra, Ciudad Real, y a ello me dispongo:

En la provincia de Ciudad Real se pueden destacar muchas poblaciones, algunas de ellas de bastantes habitantes y de relativa importancia, como Alcázar de San Juan, Tomelloso, Valdepeñas, Puertollano, Manzanares, La Solana, Daimiel,etc y otras de algo menos habitantes pero no por ello menos bonitas o interesantes, como Almagro, Villanueva de los Infantes, El Viso del Marqués, Malagón, Almadén, Argamasilla de Alba, Socuellamos, Santa Cruz de Mudela, Miguelturra... (os recomiendo visitar algunas paginas web como http://www.pueblos-espana.org/castilla+la+mancha/ciudad+real/ http://www.ciudadrealysuspueblos.com/ como una muestra)

Por tanto, es complicado en una sola entrada hablar de todos, por lo que empezaré en ésta por Manzanares (hombre, ¡cómo no iba a empezar por mi pueblo!, je,je):

Manzanares, encrucijada de caminos, pueblo manchego enclavado en un cruce, que ya fue en epoca romana lugar de encuentro de calzadas romanas.

El sacerdote Inocente Hervás y Buendía ya escribió en el siglo XIX que en el término de Manzanares existen al menos dos puntos de posible poblamiento prehistórico, el Pozo de la Raya cercano al del Ciervo y las ruinas existentes en el camino de Membrilla. De la civilizacion romana se sabe que pasaban por el término dos calzadas romanas, y posteriormente en la Edad Media dos cañadas ganaderas, la Soriana y la de Cuenca, que no solo sirvieron para el transporte pecuario de un lado a otro de la península durante la trashumancia, sino también para el desarrollo de la población ,en habitantes y en importancia.

El término de Manzanares constituyó una de las más importantes encomiendas de la Orden de Calatrava, cuyo titular o Comendador residía en el castillo. El antiguo poblamiento, según algunas fuentes, fue reconquistado por la Orden de Calatrava, a principios del año 1198, edificándose a partir de entonces el castillo y en 1299 se erigió y pobló la villa junto a éste. Más tarde, en torno a 1352 se amuralló la villa.

Existe, desde entonces, el Manzanares medieval del Castillo de Pilas Bonas, hasta hace poco tiempo escondido entre construcciones civiles, oculto al paso de los siglos como queriendo guardar el embrujo de sus viejas historias.


Manzanares se enfrentó a los comuneros, a los lejanos mercaderes de lana y del vellón y que dejó para la posteridad indeleble el título de "Leal Villa". "El Comendador D. Rodrigo Manrique en 1519 con motivo de la guerra y levantamientos de las Comunidades hizo restaurar el castillo, limpiar sus fosos, poniendo en pie de guerra todos los hombres útiles de la población y aliándose a las villas de Villarrubia y Daimiel se aprestó a la defensa de los derechos del Rey. Desde esta fecha, dice el Sr. Peñalosa, comenzó a llamarse la Leal Villa de Manzanares".

En el año de 1624 pasó por la villa el rey Felipe IV, de camino a Andalucía, lo que dio origen a que el escritor Francisco de Quevedo, que integraba el séquito real, enviara una carta a su amigo el Comendador, el Marqués de Velada, en la que, entre otras cosas, relataba: "...a ruego de los regidores de Manzanares, por consolar aquellos a sus vasallos, pasó su Majestad por su encomienda de V. Merced, y a todos pareció muy buen lugar".

Y queda memoria del Manzanares que fue testigo del paso de O´Donell y Cánovas del Castillo, de la firma y pronunciamiento del manifiesto que abrió las puertas del triunfo a la Vicalvarada, la revolución que en 1854 intentó reinstaurar el progresismo en España.

El crecimiento poblacional de la ciudad se constata en que en 1724 tenía 1.400 vecinos, en 1857 alcanzaba la cifra de 2.350 y en 1887 se situaba en 2.834.

La ciudad se expandió en base al ferrocarril del progreso, y que afianzó su crecimiento sobre chimeneas de alcohol (aún se conserva la torre de la alcoholera Larios) y recibió con prontitud el advenimiento de algunos de los grandes inventos de la época. El 16 de junio de 1895 tuvo lugar la inauguración de la luz eléctrica, cuyas obras fueron dirigidas por el sabio electricista Isaac Peral.

Manzanares es, hoy día, un acogedor y próspero lugar situado a tiro de piedra de Madrid por autovía (de la que dista 175 kilómetros), que sirve de puerta de entrada a la tierra del Quijote. Manzanares, con casi ocho siglos de historia a sus espaldas, goza en la actualidad de una interesante oferta patrimonial, cultural, educativa, deportiva, gastronómica, cinegética y de ocio. Posee el encanto de los recios pueblos manchegos y, al mismo tiempo, el aire de una ciudad que se aproxima a los 20.000 habitantes de hecho.

Para visitar en Manzanares, destacar la Iglesia de la Asuncion, templo parroquial, que sustituyó a la antigua iglesia de tapial, fue empezado a construir a finales del siglo XIV o principios del XV. En él se suceden varios estilos arquitectónicos. La suntuosa puerta del mediodía es renacentista, mientras que la puerta del norte lleva la impronta del gusto románico, aunque fue ejecutada en tiempos posteriores. Esta puerta se encuentra en la sacristía pequeña que da acceso al templo y podría datar del siglo XIII, siendo posteriormente adosada a la iglesia actual. La portada del mediodía está declarada Bien de Interés. Esta interesante y elegante portada data de las postrimerías del siglo XVI.


Recomiendo visitar también sus calles del casco viejo con su empedrado, sus casas solariegas y escudos heráldicos, el Gran Teatro, que con la finalidad de recuperar el carácter que Manzanares tuvo en lo que se refiere a música y teatro, se volvió a edificar en el mismo lugar donde estuvo el anterior (de principios de siglo y que fue derribado en los años setenta)...también el Paseo del Río (o Príncipe de Asturias), la Plaza de Toros, la Plaza de Las Palomas (donde está el Ayuntamiento, digno de admirar y la Iglesia de la Asunción), la ermita de San Antón, etc.

Como veis hay bastante que conocer... (seguiré)

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